Resistencia a la ampicilina
Todas las bacterias están encapsuladas por paredes celulares. Esta esfera de polímeros peptidoglicanos reticulados define la forma de la bacteria y mantiene la membrana plasmática en su sitio. Sin una pared celular, la elevada presión osmótica en el interior de la célula la haría hincharse y reventar. Una enzima llamada transpeptidasa reconstruye constantemente la pared celular (imagen A). El antibiótico ampicilina encaja exactamente en el sitio activo de la enzima transpeptidasa e inhibe de forma irreversible su función. La enzima inactivada no puede reconstruir la pared celular, por lo que a continuación, la pared celular se desmorona y la célula bacteriana revienta (imagen B).
Una mutación espontánea en la enzima transpeptidasa puede alterar la forma tridimensional de su sitio activo. Esta mutación puede disminuir la eficacia en la construcción de la pared celular; sin embargo, debido a la forma alterada del sitio activo, la enzima transpetidasa se hace resistente a la ampicilina (imagen C). En un entorno normal, esta mutación sería una desventaja. Sin embargo, en presencia de ampicilina, solo las células con la transpeptidasa mutada lograrán sobrevivir.