Resistencia a antibióticos
La resistencia a antibióticos es el proceso por el que las bacterias (generalmente infecciosas), se vuelven capaces de resistir los efectos de un fármaco específico o una clase específica de fármacos.
Se suele producir cuando un microbio se expone a concentraciones subletales de un antibiótico específico. Debido a la presión selectiva, los microbios supervivientes pueden desarrollar mecanismos de resistencia a lo largo de varias generaciones a través de mutaciones en su ADN.
Estos mecanismos de resistencia se pueden clasificar en cuatro categorías:
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La alteración del objetivo principal del antibiótico, como la transpeptidasa por resistencia a la ampicilina.
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La inactivación del compuesto antibiótico en sí, como la producción de enzimas betalactamasas para degradar penicilina G dentro de la célula.
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Evitar que el antibiótico llegue al objetivo reduciendo la permeabilidad de la membrana o utilizando bombas de expulsión activa para mantener el fármaco fuera de la célula, como se observa, por ejemplo, contra la ciprofloxacina.
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El uso de vías metabólicas alternativas para compensar la acción del antibiótico y asegurar la supervivencia del organismo.
Una cuestión de especial preocupación es la transmisión de estas resistencias a los fármacos entre especies. Una cepa bacteriana resistente a los fármacos puede transferir el gen de resistencia a otras cepas de la misma especie o a individuos de una especie completamente diferente que nunca han estado expuestos al fármaco. De esta forma, la resistencia a los antibióticos puede extenderse y afectar a terapias de antibióticos enteras.
La acumulación de genes de resistencia antibiótica lleva a la aparición de «superbacterias», cepas bacterianas inmunes a todos los tratamientos, excepto a los más drásticos.
Para superar la resistencia a los antibióticos, la estrategia actual es descubrir nuevos antibióticos con modos de acción novedosos o el uso de «cócteles» con diferentes antibióticos, suponiendo que una bacteria puede sobrevivir a uno, pero no a dos o tres antibióticos al mismo tiempo.
En el laboratorio, los genes de resistencia antibiótica son una importante herramienta para seleccionar células transformadas en el campo de la ingeniería genética.