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Selección artificial

Selección artificial frente a selección natural

La selección natural es un tema inevitable cuando se habla de la evolución. Define la adaptación natural y gradual de las especies a su entorno. El resultado es que los organismos que tienen más probabilidades de proliferar son aquellos mejor adaptados a su entorno genética y conductualmente. Pero, ¿qué ocurre cuando el apareamiento no es aleatorio y es un agente externo el que escoge qué organismos proliferarán? Ahí es donde se da la selección artificial.

Cría selectiva

Cuando un agente externo selecciona qué organismos se reproducirán, como pueda ser un granjero que quiera producir una mayor cantidad de cereal o un criador que produzca perros de pedigrí (Fig. 1), se está produciendo una selección artificial. En ese caso, la razón de la presión no es necesariamente la adaptación del organismo al entorno. En lugar de ello, el objetivo es enfatizar ciertas características presentes en la generación actual para aumentar o promover su presencia de continuo.

Ilustración que muestra la evolución del carlino gracias a la selección artificial. La evolución se divide en tres fases y comienza con un carlino más grande y más esbelto en 1880. Luego, en 1920, se vuelve más bajo. Por último, el carlino de 2010 es aún más bajo y más estrecho, con el cuello muy pequeño y muchas arrugas.

Figura 1. Ilustración de la evolución del carlino a lo largo de los últimos doscientos años.