Componentes bacterianos intracelulares
Las bacterias contienen varios componentes en el citoplasma, el cual está rodeado por la membrana plasmática.
El ADN bacteriano se distribuye libremente por el citoplasma, en el área denominada nucleoide. El ADN bacteriano suele ser circular y contiene muy pocas regiones no codificantes en comparación con el ADN eucariota. El contenido de ADN del nucleoide varía de una cepa bacteriana a otra y puede adaptarse al medio en el que vivan las bacterias. Por ejemplo, puede codificar proteínas esenciales para la supervivencia en condiciones extremas.
El ADN se transcribe libremente en el citoplasma y los ribosomas 70S lo traducen a proteínas. Esta síntesis de proteínas es algo totalmente esencial para la supervivencia de las células vivas. El ribosoma bacteriano 70S se compone de una subunidad pequeña 30S y una subunidad mayor, 50S.
Algunas bacterias también contienen plásmidos, que son moléculas de ADN extracelular circulares. Los plásmidos suelen contener material genético que facilita la supervivencia de las bacterias en el medio en el que residen. Esta ventaja puede darse en forma de genes de resistencia antibiótica o genes que ayuden a la bacteria a sobrevivir en entornos extremos, tales como lagos sulfúricos o lugares de frío extremo.
Las bacterias pueden vivir en entornos bajos en nutrientes. Para adaptarse a las fluctuaciones en los niveles de nutrientes externos, pueden almacenar nutrientes en los cuerpos de inclusión situados en el citoplasma. Estos pueden ser muy variables y contener carbohidratos, lípidos, proteínas o compuestos inorgánicos.