Microscopía confocal
La microscopía confocal, o microscopía confocal con barrido láser, es una técnica de imagen óptica que aumenta la resolución y el contraste de las imágenes. En esta técnica se utilizan láseres para iluminar la muestra, ya que se requiere una fuente de luz intensa y monocromática.
Un microscopio confocal solo ilumina un punto de la muestra y se utiliza una apertura para eliminar la luz que está fuera de foco. En comparación, un microscopio de campo amplio ilumina uniformemente toda la muestra, con lo que se capta un fondo amplio y desenfocado.
La iluminación en un microscopio confocal se consigue barriendo con haces de luz enfocados a través de la muestra, que crean secciones ópticas horizontales. Estas secciones ópticas pueden recogerse a diferentes profundidades de la muestra para construir estructuras 3D, en un proceso conocido como pilas en Z. Este método es directo pero no invasivo, y permite obtener imágenes de muestras gruesas y a veces vivas.
Aunque la resolución óptica mejora cuando se utiliza un microscopio confocal, el bloqueo de la fluorescencia en la apertura provoca una disminución de la intensidad de la señal. Por eso se utiliza un láser y un tubo fotomultiplicador (PMT). El PMT transforma la luz detectada en energía eléctrica que puede ser utilizada por el ordenador para construir la imagen.
A pesar de que la microscopía confocal no es una técnica barata, sus ventajas permiten que se utilice ampliamente en la ciencia biológica, desde la biología celular y la genética hasta la microbiología.
Para que una muestra sea adecuada para la microscopía de fluorescencia, debe ser fluorescente. Esto significa que debe contener fluorocromos.