Controles experimentales
Un control es una comparación.
En un experimento, evalúas una hipótesis ajustando algo; es decir, una variable independiente. Un control es algo que sometes al mismo procedimiento, pero sin ajustar esa variable independiente. Después, puedes comparar los resultados del control con los otros resultados del experimento.
Vamos con una analogía para explicar el concepto de control experimental
Imagínate que estás de pie en una colina rodeada de otras colinas similares y que empiezas a preguntarte si sería posible escalar una de esas colinas con los cordones de ambas botas atados entre sí. ¿A quién no se le ocurre pensar algo así ante una vista tan bonita?
Por suerte, no tienes que pensar en ello durante mucho rato, pues te acompañan tres guardas forestales que van a ayudarte con la respuesta a tu pregunta.
Eliges la siguiente organización para el experimento.
Cada guarda forestal va a subir a una colina y encender una hoguera cuando llegue a la cima. De esta forma, podrás ver y anotar el resultado a distancia.
Gracias a tu experiencia en el ámbito científico, sabes que tienes que introducir controles que apoyen tus resultados. Utilizar controles experimentales es la forma de saber si tus resultados se deben a la variable que estás evaluando o si están causados por el proceso del experimento en sí mismo.
Siguiendo con el ejemplo, no tienes ni idea de lo que les espera a tus guardas forestales cuando lleguen al bosque. Podría haber un río o un oso hambriento en el valle. Nunca sabrías si fueron los cordones atados entre sí lo que les impidió que llegaran a hacer la hoguera o alguna otra cosa. Para evitar esa incertidumbre, decides mandar a tu guarda forestal número 1 como control positivo: no le atas los cordones entre sí, lo que debería garantizar que llegue a lo alto de una de las colinas y encienda la hoguera; si no ves la hoguera en la colina, sabrás que algo no está bien en cuanto a la organización de tu experimento. Es un control positivo perfecto.
Para crear tu control negativo, te vuelves muy creativo y adoptas un método interdisciplinar sacado de una película de mafias. Llenas un cubo de hormigón y lo utilizas para inmovilizar a tu guarda forestal número 3. Sabes que, con ese peso en los pies, quizá podrá bajar saltando al valle, pero nunca conseguirá subir a la otra colina.
De nuevo, no tienes ni idea de lo que sucederá en el valle. Te has asegurado de que los cordones de las botas de tus guardas forestales estén bien atados y no se puedan quitar con facilidad. Pero, en caso de que consigan quitarse los zapatos y subir sin ellos, sabes que tu número 2 hará lo mismo y que también habrá una hoguera en su colina.
Perfecto, esto es todo lo que necesitas para realizar el experimento. Con esta organización tan buena, puedes relajarte y esperar a recibir las señales de humo.
Realices el experimento que realices, siempre debes preparar unos buenos controles, unos que sean verdaderamente comparables a la muestra experimental. Enviar el control positivo en un helicóptero no serviría de nada, y atar a tu guarda número 2 a un árbol sería un control negativo muy pobre.