Celdas galvánicas
En una celda galvánica, la media reacción de oxidación tiene lugar en el ánodo. Dado que los electrones se depositan en este electrodo, este constituye el electrodo negativo. La media reacción de reducción sucede en el cátodo, el cual pierde electrones y, por lo tanto, constituye el electrodo positivo. Las dos medias reacciones están físicamente separadas, lo cual fuerza a los electrones a moverse a través de un circuito externo (véase la figura 1). Esto es lo que genera electricidad.
Figura 1: Celda galvánica con dos medias celdas, circuito externo (cable) conectando el ánodo y el cátodo, un voltímetro para la medición del potencial de celda y un puente salino.
Para permitir que la reacción continúe, las cargas tienen que ser equilibradas y los iones tienen que ser capaces de moverse entre las celdas. Sin este movimiento de iones, la mitad de la celda acumularía una carga neta positiva y la otra mitad una carga neta negativa y la reacción se detendría. Los aniones y los cationes contribuyen al equilibrio de la carga y al término del circuito eléctrico. En una celda galvánica, los iones se pueden mover a través de un puente salino (véase la figura 1) o de una membrana porosa entre las dos medias celdas.