Regulación génica
La regulación génica es importante para todos los organismos. Tanto los organismos procariotas como los eucariotas activan y desactivan sus genes constantemente en respuesta a condiciones del medio externo e interno.
La regulación génica temprana conserva más energía comparada con la regulación en fases posteriores. Por ejemplo, bloquear selectivamente la transcripción es mucho más eficiente energéticamente que esperar a que los procesos de transcripción y traducción terminen antes de finalmente degradar o inhibir la proteína. En los organismos procariotas, la expresión génica suele regularse durante la fase de transcripción utilizando operones. Un operón es un grupo de genes con un único promotor que puede regularse con controles positivos o negativos.
Regulación génica eucariota
La mayoría de los organismos eucariotas son multicelulares y están compuestos de una variedad de células con diferentes funciones, con independencia de que tengan el mismo genoma. Para crear diferentes tipos de células, los organismos eucariotas dependen de la regulación génica. La regulación génica es importante para mantener las funciones especializadas propias de cada célula. En los organismos eucariotas, la regulación génica puede ocurrir en diferentes fases:
Figura 1: Diferentes pasos de la regulación génica en una célula eucariota. En las células eucariotas, la regulación génica puede ocurrir en distintas fases: (A, B) Antes de la transcripción a través de las modificaciones de la cromatina, (C) durante la transcripción por medio del procesamiento de ARN, (D) tras la transcripción por degradación del ARNm, y (E, F) durante y después de la traducción.