Circuitos de retroalimentación homeostática
Mantener un entorno interno estable es fundamental para todos los seres vivos. Conseguir el equilibrio por medio de un conjunto de procesos firmemente regulados requiere detectar y manipular continuamente situaciones fisiológicas cambiantes. Un circuito de retroalimentación homeostático es un proceso que mantiene el equilibrio enlazando la vigilancia continua de un parámetro fisiológico con sistemas de respuesta que pueden contrarrestar las fluctuaciones detectadas.
Parámetros bajo control homeostático
En el caso de los humanos, algunos de los parámetros que se mantienen bajo un firme control homeostático son la concentración de glucosa en sangre, la temperatura corporal interna, la presión sanguínea y el volumen sanguíneo. Dejar cualquiera de estos parámetros fuera de un rango tolerable tendría consecuencias fatales. A pesar de que es vital que todos ellos se mantengan estables, es de esperar que los parámetros oscilen alrededor de un nivel de referencia, ya que muchas veces son dos procesos de efectores los que los regulan: uno que produce un aumento y el otro, una disminución. Tanto el envío de señales neuronales como la secreción de hormonas participan en el control de los parámetros homeostáticos. Estos mecanismos varían según el sistema al que afectan y la velocidad de respuesta necesaria.
Circuitos de retroalimentación positiva frente a circuitos de retroalimentación negativa
Los circuitos de retroalimentación negativos son aquellos que sirven para acercar un parámetro a un estado de equilibrio homeostático. Son procesos estabilizadores que se activan para recuperar el equilibrio cuando el sistema se desvía de su estado de referencia. Los circuitos de retroalimentación positiva son menos comunes en humanos. Estos son los que originan cambios y alteran el equilibrio en un sistema del cuerpo. Teniendo esto en consideración, está claro que la mayoría de los procesos implicados en la homeostasis son circuitos de retroalimentación negativa cuyo objetivo de control es mantener el equilibrio interno.