Microscopio de luz
Los microscopios de luz iluminan la muestra o espécimen dirigiendo luz al portaobjetos a través de una lente. La luz atraviesa el espécimen y se introduce en las lentes del objetivo. Normalmente, los microscopios de luz cuentan con varios objetivos que contienen lentes de distintos aumentos. Los objetivos están montados sobre un revólver que se sitúa por encima de la muestra que hay en la platina. Este revólver se puede girar para interponer distintos objetivos en la trayectoria de la luz. Cada objetivo está marcado con un anillo de color distinto que indica su número de aumentos. El tamaño del objetivo también da una pista sobre sus aumentos; por ejemplo, el objetivo 5x es mucho más corto que el objetivo 100x. El aumento total de la imagen es el resultado de multiplicar los aumentos del objetivo por los del ocular, que suele ser de 10x. Por tanto, si observas un portaobjetos usando el objetivo 5x, estarás aumentando la muestra 50 veces.
Figura 1: Partes del microscopio de luz. El espécimen se coloca en el soporte para especímenes de la platina. La luz de la fuente de luz atraviesa la muestra y alcanza el objetivo, lo cual aumenta la muestra. Después, la luz alcanza el ocular o la cámara; ambos sirven para observar la imagen aumentada.
Para examinar un espécimen, giramos el revólver hasta poner el objetivo con el menor número de aumentos antes de colocar el portaobjetos en la platina del microscopio, ya que es mucho más fácil enfocar el espécimen si lo miramos con pocos aumentos. El enfoque se hace subiendo o bajando la platina hasta que el espécimen está en la posición correcta. Los objetivos están diseñados para ser parafocales, lo cual significa que el enfoque se mantiene al cambiar al siguiente aumento. La platina del microscopio también puede moverse en el plano horizontal para explorar distintas zonas del portaobjetos.