Boca
La boca es el punto de entrada del alimento al sistema digestivo. El alimento consumido se rompe en partículas más pequeñas gracias a la acción masticadora de los dientes. El amplio proceso químico de la digestión comienza en la boca. A medida que el alimento se va masticando, la saliva, producida en las glándulas salivales, se va mezclando con él. Hay otra enzima, llamada lipasa, que se produce en las células de la lengua. La lipasa de la lengua empieza a romper los componentes grasos de la comida. Las acciones masticadora y humedecedora que realizan los dientes y la saliva convierten el alimento en una masa a la que llamamos bolo alimenticio para poder tragarlo. La lengua ayuda a tragar haciendo pasar el bolo de la boca a la faringe. La faringe da paso a dos vías: la tráquea, que lleva a los pulmones, y el esófago, que conduce al estómago. La tráquea tiene una abertura llamada glotis cubierta por una lámina cartilaginosa a la que llamamos epiglotis. Cuando tragamos, la epiglotis cierra la glotis y así la comida pasa hacia el esófago y no hacia la tráquea. Este mecanismo permite que la comida no entre en la tráquea.
Figura 1: Partes de la boca: (1) cavidad nasal, (2) labios, (3) mandíbula, (4) lengua, (5) laringe, (6) cavidad oral, (7) úvula, (8) faringe, (9) esófago, (10) dientes, (11) glándula sublingual, (12) glándula submandibular, (13) glándula parótida.