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Ovarios

Los ovarios están anclados en su sitio mediante tejido conectivo, incluyendo el ligamento útero-ovárico y el ligamento suspensorio del ovario. El ligamento útero-ovárico une la porción medial del ovario con el útero. El ligamento suspensorio une el lateral del ovario a la pared pélvica.

Cada ovario tiene dos regiones. La corteza del ovario es la parte externa del órgano y contiene los óvulos, también llamados ovocitos. Estos ovocitos están rodeados de células, formando folículos. La médula ovárica es el núcleo central del ovario, formada por tejido conectivo laxo, sangre y nervios.

Durante los años fértiles de la mujer, algunos folículos de la corteza del ovario experimentan un cambio cíclico llamado ciclo ovárico. Durante este ciclo, algunos folículos maduran y uno libera un óvulo, que es lo que se conoce como ovulación. Cada óvulo que se libera puede ser fertilizado y desarrollarse hasta formar un nuevo organismo.

Los folículos ováricos son también una fuente principal de hormonas sexuales femeninas (estrógeno y progesterona).

Figura 1: Ilustración de un ovario, en el que se ve la médula y la corteza. Dentro del ovario están los óvulos en diferentes etapas de maduración.