Combustibilidad e inflamabilidad
Un material es combustible si puede utilizarse como combustible para liberar energía en la reacción química de combustión, también conocida simplemente como combustión.
Para que se produzca esta reacción química, debemos aportar calor y oxígeno al combustible. Sin uno de estos ingredientes, la combustión será incompleta y acabará apagándose. Un buen ejemplo de combustión es el de una fogata de leña, donde la madera actúa como combustible y el calor de la llama es la energía liberada en la reacción.
La inflamabilidad describe la dificultad de utilizar un material como combustible para la combustión. Una sustancia es altamente inflamable si puede encenderse con facilidad, con una sola chispa, o a bajas temperaturas, como el papel o el gas hidrógeno. Estas sustancias deben manipularse con cuidado.
Figura 1. La combustión requiere oxígeno, combustible y calor.