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Análisis de la genealogía

Las genealogías se hacen para brindar una visión general de un patrón de herencia y la frecuencia con la que se presenta un rasgo (sospechoso de ser) hereditario. Se representa a cada miembro de la familia con un símbolo: un círculo (mujer) o un cuadrado (varón) que pueden estar relleno o ser negro para los individuos afectados, o estar vacío o ser blanco para los individuos sin ese rasgo. El emparejamiento se ilustra mediante una línea de conexión horizontal y la descendencia aparece bajo una línea vertical descendente. Todos los hermanos están unidos a una línea de hermandad horizontal. A cada generación se le asigna un número romano (I, II, III…) y a cada individuo de una generación se le asigna un número arábigo (1, 2, 3…).

Símbolos comunes utilizados para construir un árbol genealógico: la forma representa el sexo de un individuo. Los individuos masculinos se representan como cuadrados y los femeninos, como círculos. Para los individuos de sexo no definido, se usa un rombo. Los individuos fallecidos se representan con una raya diagonal cruzando su símbolo. Los individuos afectados se representan con una forma rellena o sombreada en vez de en blanco o vacía. Los portadores de un rasgo tienen los símbolos medio rellenos o medio sombreados. El paciente que inicia el diagnóstico genético, o propositus, se indica con una flecha que apunta hacia el símbolo que lo representa dentro del árbol. Las formas de los individuos que se emparejan aparecen conectadas por una línea horizontal.

Figura 1: Explicación de los símbolos de la genealogía.

Un propositus es el primer miembro afectado de la familia que busca atención médica en lo referente a este fenotipo (enfermedad). Es posible que entre las generaciones anteriores de su familia haya habido otros miembros afectados; sin embargo, el propositus, por lo general, se refiere al miembro que busca atención médica o al que se está estudiando, incluso en el caso de que ya se conozca la existencia de otros miembros afectados.