Área de trabajo estéril
La forma más fácil y económica de reducir la contaminación a partir de partículas en suspensión y aerosoles (por ejemplo, polvo, esporas, piel, estornudos...) es usar una cabina de flujo laminar. Hay tres tipos: Clase I, para técnicas microbiológicas, Clase II, para procedimientos rutinarios de cultivo celular y Clase III, para la mmanipulación de materiales potencialmente peligrosos.
Características del flujo de aire de las cabinas de flujo laminar
Las cabinas de flujo laminar protegen el medio de trabajo de polvo y otros contaminantes en suspensión al mantener un flujo constante y unidireccional de aire que pasa por un filtro HEPA sobre el área de trabajo. El filtro de salida proporciona protección al medio, mientras que el filtro principal proporciona protección al cultivo. El flujo puede ser horizontal o vertical, aunque este último es la opción preferida, puesto que provee protección tanto al cultivo como al usuario.
Figura 1: Representación esquemática del flujo de aire en una cabina de flujo laminar (izquierda), incluidas las partículas bloqueadas por el filtro HEPA (derecha).
Recomendaciones básicas
- La cabina de flujo ha de instalarse de forma adecuada y colocarse en una zona reservada al cultivo celular, libre de corrientes provenientes de puertas, ventanas u otros equipos, y sin tráfico.
- La superficie de trabajo debe ser diáfana y contener solo los objetos necesarios para un procedimiento concreto; no debe utilizarse como área de almacenaje.
- Antes y después de su uso, la superficie de trabajo ha de desinfectarse a conciencia, y las áreas circundantes y el equipo han de limpiarse de forma rutinaria.
- Para una limpieza rutinaria, hay que limpiar la superficie de trabajo con etanol al 70 % antes y durante la actividad, especialmente si se produce algún derrame.
- Hay que dejar la cabina de flujo laminar encendida en todo momento, con la ventana al nivel indicado, y apagarla solo cuando no vaya a usarse durante periodos largos de tiempo.