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Estómago

Una gran parte del proceso de digestión ocurre en el estómago. El estómago es un órgano en forma de bolsa que secreta jugos gástricos digestivos. El pH del estómago está entre el 1,5 y el 2,5. Este entorno fuertemente ácido es necesario para la descomposición química del alimento y la extracción de sus nutrientes. Cuando está vacío, el estómago es un órgano bastante pequeño. Sin embargo, cuando se llena, puede expandirse hasta alcanzar un tamaño 20 veces superior al que tiene en reposo. Esta característica es especialmente útil para los animales que solo pueden comer cuando tienen acceso al alimento.

El estómago es el lugar donde se produce la mayor parte de la digestión de las proteínas.

La digestión de las proteínas se realiza a través de una enzima llamada pepsina que se encuentra en la cavidad del estómago. La pepsina, la secretan las células principales gástricas en una forma inactiva llamada pepsinógeno. La pepsina rompe los enlaces y divide las proteínas en polipéptidos más pequeños. Además, también ayuda a activar más pepsinógeno e inicia un ciclo de retroalimentación positiva que genera más pepsina.

El HCl es el principal componente ácido de los jugos gástricos.

Hay otras células, las parietales, que secretan iones de hidrógeno e iones cloruro, que se combinan en el lumen para formar ácido clorhídrico. Esta sustancia ayuda a transformar el pepsinógeno inactivo en pepsina. El entorno fuertemente ácido también mata muchos microorganismos presentes en los alimentos y, gracias a su acción combinada con la enzima pepsina, hace que se hidrolicen las proteínas del alimento. La acción agitadora del estómago también facilita la digestión química. La contracción y la relajación de los músculos lisos mezcla los contenidos cada 20 minutos aproximadamente. El estómago se vacía en un periodo de entre dos y seis horas después de la comida. La mezcla de alimento y jugos gástricos, conocida como quimo, se vierte al intestino delgado en pequeñas cantidades.

El estómago se protege de la digestión.

Durante la digestión de las proteínas y algunas gasas, el recubrimiento interno del estómago requiere protección para que la pepsina no lo digiera también. Hay dos maneras principales de evitar que esto ocurra. La primera, como ya hemos mencionado antes, es que la enzima pepsina se sintetice en una forma inactiva. Esto protege las células principales porque el pepsinógeno no tiene la misma función enzimática que la pepsina. En segundo lugar, el estómago tiene un grueso recubrimiento interno en forma de mucosa que protege el tejido subyacente de la acción de los jugos gástricos. Cuando esta mucosa protectora se rompe, pueden formarse úlceras en el estómago. Las úlceras son heridas dentro de los órganos o en su superficie causadas por una bacteria (Helicobacter pylori) cuando la mucosa se rompe y no logra regenerarse.