Ácidos fuertes y débiles
Los ácidos fuertes se disocian por completo en agua y ceden todos sus protones. En un ácido débil, solo se disocia una fracción de las moléculas ácidas.
La doble flecha indica que la reacción se produce en ambas direcciones hasta que se alcanza el equilibrio. En ese momento, la reacción directa ocurre a la misma velocidad que la reacción inversa. En el caso de los ácidos y las bases fuertes, esta reacción inversa es prácticamente inexistente. Por eso, se utilizan flechas de una sola dirección.
La fuerza de un ácido viene representada por su constante de disociación, Ka.
Que un ácido sea fuerte o débil no tiene nada que ver con lo concentrada o diluida que esté la solución. Por ejemplo, un ácido fuerte como el ácido sulfúrico no se convertirá en un ácido débil aunque lo diluyamos. Aunque su pH aumente, el ácido esté menos concentrado y la solución parezca menos reactiva, seguirá siendo una solución diluida de un ácido fuerte.
¡Ten cuidado cuando trabajes con ácidos fuertes concentrados!
La reacción de los ácidos fuertes con el agua puede ser muy peligrosa. Los iones de hidrógeno disociados reaccionan con las moléculas de agua para formar iones hidronio y esto libera mucha energía. Esta reacción exotérmica puede ser muy fuerte y hacer que el ácido hierva y salpique.
El método más seguro es añadir poco a poco el ácido al agua, en vez de a la inversa. De esta manera, primero se forma una solución de ácido fuerte diluida y la reacción exotérmica se puede controlar.
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