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Sustrato

Un sustrato es una molécula sobre la que actúa una enzima. Si imaginamos que la enzima es una máquina en una cadena de montaje, el sustrato sería lo que ponemos en la máquina para obtener el resultado que queremos.

El sustrato de la alcohol deshidrogenasa, la enzima con la que trabajamos en este caso, es el etanol. No obstante, la ADH también puede unirse a otros sustratos con una estructura similar, como el metanol. De la misma forma en que la ADH transforma el etanol en acetaldehído, esta transforma en metanol en formaldehído. El formaldehído es un compuesto muy tóxico; una pequeña cantidad de metanol puede causar ceguera y, una gran cantidad, la muerte [1]. Así pues, la alcohol deshidrogenasa es un ejemplo de una enzima menos específica que tiene afinidad por varios sustratos. Algunas enzimas, como ya hemos mencionado, son muy específicas y solo catalizan una reacción, mientras que otras, como la ADH, son más flexibles.

En la estructura química del etanol, los átomos de hidrógeno están en gris, los átomos de carbono, en negro, y los átomos de oxígeno, en rojo. Si se observa la estructura desde la izquierda, vemos tres átomos de hidrógeno grises que están conectados a un átomo de carbono negro, que a su vez está conectado a otro átomo de carbono que está unido a dos átomos de hidrógeno. Este segundo átomo de carbono también está unido a un átomo de oxígeno, que está conectado a otro átomo de hidrógeno.

Figura 1: Estructura química del etanol (CH3CH2OH). Los átomos de hidrógeno se representan con esferas grises; los de carbono, con esferas negras; y los de oxígeno, con esferas rojas.